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En Los Ángeles, el alquiler de vivienda continúa congelado

Mientras está vigente el estado de emergencia, en Los Angeles el alquiler de vivienda está congelado, en los llamados departamentos “de renta controlada”. Se trata de tres de cada cuatro departamentos en alquiler en el condado de California.

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En Los Angeles, desde marzo de 2020 -que se inició la emergencia por la extensión del coronavirus- entró en vigor la prohibición de aumentar los alquileres.

“Actualmente, no se permitirán aumentos de renta para la mayoría de los inquilinos de Los Ángeles hasta 2023. Y posiblemente la fecha se extienda”, informa Los Angeles Times, el segundo periódico de mayor circulación en los Estados Unidos.

La “estabilización del alquiler” en el condado de Los Angeles, es una ordenanza de 2018 que controla los precios del alquiler en propiedades que se encuentren dentro de la ciudad, construidas antes de noviembre de 1978 y con al menos dos departamentos para alquilar. Los dueños tienen que cumplir con la Ordenanza de Estabilización de Renta sino son sancionados con importantes multas.

“Lo que celebran los inquilinos y sus defensores es lamentado por los propietarios. ´Tenemos que pagar una hipoteca y los servicios públicos´, remarcó Ari Chazanas, presidente de Lotus West Properties, que administra alrededor de 1.000 departamentos en toda la ciudad. “Creo que, al igual que yo, muchas personas están cansadas, porque esto sucede ya desde hace mucho tiempo”, agrega Liam Dillon, de Los Angeles Times.

Por su parte, San Francisco congeló durante seis meses los alquileres en pandemia. En Nueva York “los inquilinos de casi un millón de viviendas con renta estabilizada que firmaron renovaciones de contratos de arrendamiento por un año enfrentarán su primera alza durante la crisis del coronavirus a partir de abril”. Y Washington mantiene hasta fin de mes la prohibición de aumentar los alquileres.

A pesar de las políticas de regulación del precio del alquiler, como en el resto del planeta el impacto de la crisis sanitaria –con sus secuelas laborales y de ingresos- empuja a miles de familias a la calle.

Gene Sperling, que está a cargo de supervisar la implementación del paquete de ayuda por la Covid del presidente Joe Biden, dice que “afortunadamente como el programa de Asistencia de Emergencia al Alquiler está pagando ahora el alquiler retrasado de unos 500 mil inquilinos cada mes, el tsunami de desalojos que temían los expertos no ha ocurrido”.

Sin embargo, la Universidad de Princeton –que releva 31 ciudades y seis estados norteamericanos-, informa que los desalojos en septiembre de 2021 aumentaron 10,4% respecto a agosto, y luego los números en octubre estuvieron 38% sobre los de agosto y 25% sobre septiembre.

Connecticut, Houston, Indianápolis, Cincinnati y Columbus, así como Ohio y Florida “están volviendo a la normalidad”, es decir a los niveles de desalojo prepandemia.

Esa “normalidad” es a pesar de los 46.500 millones de dólares en asistencia federal al alquiler a la que se refiere Sperling (Sí, lee bien, una cifra similar a la del endeudamiento nacional con el Fondo Monetario Internacional).

Ocurre que en muchos estados, por razones burocráticas o el rechazo funcionario a la asistencia inquilina, ha sido ejecutada una ínfima porción de semejante ayuda estatal, es decir no se ha hecho la suficiente difusión para que los inquilinos puedan acceder a la ayuda estatal o directamente se ha implementado de manera absolutamente restrictiva.

Para rematar, en los últimos días del año 2021, el INDEC norteamericano, la Oficina del Censo (United States Census Bureau), relevó que los que no están confiados en pagar el próximo mes de alquiler –por caída de ingresos o empleo- aumentaron de 5 millones al final de septiembre a 6.3 millones de inquilinos.